-Delegar no es simplemente repartir tareas-
En el mundo del desarrollo de software, el saber delegar es una habilidad que puede marcar la diferencia entre un proyecto que fluye y uno que se estanca.
Nosotros lo vivimos todos los días: trabajar con equipos de desarrollo, metodologías ágiles, deadlines ajustados y objetivos ambiciosos requiere, entre muchas cosas, saber en qué momento soltar el control.
Y no, delegar no significa desentenderse. Significa confiar, comunicar, acompañar y dejar que cada persona aporte lo mejor de sí. Por eso decimos que es un arte. Uno que puede aprenderse, practicarse y perfeccionarse.
Acá te contamos por qué es tan importante, y cómo hacerlo bien.
DELEGAR ES UNA ESTRATEGIA, NO UNA DEBILIDAD
Muchas veces se confunde delegar con mostrar debilidad o falta de conocimiento, cuando en realidad es una de las decisiones más inteligentes que se pueden tomar. No podemos (ni deberíamos) hacer todo.
En el desarrollo de software esto es especialmente cierto: hay muchas piezas moviéndose al mismo tiempo, y cada una necesita foco y especialización.
Delegar permite:
- Enfocarse en lo estratégico.
- Aprovechar mejor el talento del equipo.
- Evitar el cuelllo de botella que se forma cuando todo depende de una sola persona.
- Fortalecer la autonomía y confianza del equipo.
CÓMO DELEGAR BIEN EN ENTORNOS DE DESARROLLO
Delegar en equipos técnicos tiene sus particularidades. No se trata solo de pasar una tarea, sino de crear un contexto claro y colaborativo. Estas son algunas claves que a nosotros nos funcionan:
- Explicar el “por qué” además del “qué”: Cuando las personas entienden el objetivo, toman mejores decisiones técnicas.
- Definir claramente el alcance y el resultado esperado: Delegar no es dejar a alguien a la deriva, es marcar bien el rumbo.
- Dar espacio para proponer y decidir: El desarrollo es un proceso creativo, y la confianza genera mejores soluciones.
- Acompañar sin invadir: Estar disponible para resolver dudas sin caer en el micromanagement.
- Dar y recibir feedback frecuente: Las entregas intermedias, las dailies o los espacios de revisión ayudan a ajustar sin perder el rumbo.
DELEGAR TAMBIÉN ES APRENDER A SOLTAR
Delegar también es, muchas veces, soltar el ego y confiar en que otra persona puede hacer las cosas tan bien (o incluso mejor) que uno mismo. Requiere valentía, pero también trae enormes beneficios: más tiempo, más foco y un equipo más comprometido.
Si quieres que tu equipo crezca, si quieres escalar, si quieres tener más energía para pensar en lo que realmente importa… vas a tener que aprender a delegar.
Como dice John C. Maxwell:
“Si quieres hacer pocas cosas y hacerlo todo solo, sigue sin delegar. Pero si quieres lograr grandes cosas, aprende a confiar en otros”.