Si hay algo que caracteriza a esta nueva era, es la evolución que se produjo en la forma de trabajo que se conocía hasta algunos
años atrás: La presencialidad en la oficina era indiscutible.

La transformación digital, el avance de la tecnología y la evolución en muchos aspectos relacionados con preservar la salud mental de las personas ha sido un factor fundamental en este gran cambio que le abrió los ojos a muchas personas y empresas; e hizo dar cuenta de que quizás no era indispensable tener a un empleado sentado 8 horas en una oficina, siendo que el mismo trabajo lo podía hacer desde su propia casa, ahorrando innumerables recursos y tiempo, incluso de una forma más eficiente.

Referirse a esta nueva modalidad de trabajo con la frase de “vivir sin oficina” puede ser correcto como no, porque tal vez no sea que vivimos sin una oficina, sino que tenemos muchas oficinas, o nuestra oficina es cualquier lugar del mundo con una PC y conexión a internet.

Mi oficina, por ejemplo, es aquel lugar de mi casa donde tengo mi escritorio, mi notebook, mi agenda con notas y herramientas de trabajo. Pero también es aquella que me brinda la empresa donde puedo ir si lo quisiera y compartir con otros compañeros de trabajo que a veces también la usan; y también es un lugarcito en la casa de campo que tienen mis padres donde a veces paso una jornada acompañada por la tranquilidad de la naturaleza.

Un compañero de trabajo está acompañando a su familia en sus vacaciones en la playa, pero desde el hotel se conecta todas las mañanas y cumple con sus tareas ¿esa es ahora su oficina entonces?

Las estadísticas hablan de que para el año 2035 en el mundo habrá mil millones de nómadas digitales, es decir que cerca del 12% de la población global combinará al mismo tiempo viajes y trabajo.

Y quizás existe un futuro en el que todas las personas, sin importar su rubro, pueden hacer su trabajo desde cualquier lugar del mundo. Aunque actualmente parece imposible, no creo que sea descabellado pensar que un Cirujano podría operar en remoto o un Piloto volar un avión sin estar en él.

“Si hubiera preguntado a la gente que quería, me hubieran dicho caballos más rápidos” Dijo Henry Ford, creador del automóvil, haciendo referencia a que las personas creemos imposible aquello que desconocemos.

La oficina nómade hoy es una realidad de la que muchos tenemos la suerte de disfrutar, pero, ¿dónde encontramos los límites e inconvenientes?

Hay que adaptarse a los cambios de horarios: si bien es cierto que la oficina nómada te permite tener reuniones sin tener que estar presente, hay que tener en cuenta el cambio horario dependiendo del hemisferio del mundo en el que te encuentres

Debemos distinguir entre vida personal y trabajo: cuando llevas el trabajo a cuestas, muchas veces es difícil separar el trabajo del tiempo libre y esto puede acabar provocando ansiedad, falta de concentración, desgana y estrés.

No todo el mundo sirve para ser nómada digital: si deseas ganarte la vida en línea mientras viajas por el mundo, la disciplina es un requisito fundamental, además de la flexibilidad y capacidad de adaptación. Dominar tu presupuesto y tener una previsión financiera exhaustiva son piezas esenciales del rompecabezas para convertirte en un nómada digital de éxito.